Vamos abriendo ventanas, limpiando por aquí por allá. Que es tiempo de contar historias.
Me ausenté bastante tiempo porque estuve en una misión. Me desconecté de todo lo que pudiese revelar mi paradero, estado de ánimo, etc. Hoy que ya regreso, comencé limpiando "Madrugadas Soñadoras", hasta le cambié el look.
En el lapzo que estuve ausente viví de todo, momentos buenos, malos, amargos, dulces, de todo de todo y finalmente luego de aquello estoy bien. Muy tranquila, muy paciente a la espera de algunas nuevas noticias.
Hoy en un momento sonreí conmigo misma, al sentir en mi interior la satisfacción de vivir. De darte cuenta la gran realidad de que la felicidad está en tus propias manos. Sentí el Amor de Dios abrazándome y eso pucha que es gratificante.
Dejando un pasado atrás para comenzar un futuro nuevo es mi misión. Sonreír en la tribulación no es fácil, pero si está Dios no imposible.
Mi ausencia todo este tiempo se debió a que se me encomendó una misión. Tuve que transformarme en un ángel para poder ayudar a una persona a salir adelante y mostarle varias cosas de la vida que no lograba ver. Tuve en parte que enseñar lo que era la felicidad. Por lamento no quería dejar mi estado de ángel, y eso costó mucho, pero bueno ya me saqué las alitas, debo admitir que sufrí harto, aún tengo recuerdos que me punzan, pero bueno, yo sabía que era un tiempo limitado. Ahora sólo espero que aquella personita no olvide todo lo que le enseñé y que los próximos retos en su vida sepa sobrevellarlos.
Me ausenté bastante tiempo porque estuve en una misión. Me desconecté de todo lo que pudiese revelar mi paradero, estado de ánimo, etc. Hoy que ya regreso, comencé limpiando "Madrugadas Soñadoras", hasta le cambié el look.
En el lapzo que estuve ausente viví de todo, momentos buenos, malos, amargos, dulces, de todo de todo y finalmente luego de aquello estoy bien. Muy tranquila, muy paciente a la espera de algunas nuevas noticias.
Hoy en un momento sonreí conmigo misma, al sentir en mi interior la satisfacción de vivir. De darte cuenta la gran realidad de que la felicidad está en tus propias manos. Sentí el Amor de Dios abrazándome y eso pucha que es gratificante.
Dejando un pasado atrás para comenzar un futuro nuevo es mi misión. Sonreír en la tribulación no es fácil, pero si está Dios no imposible.
Mi ausencia todo este tiempo se debió a que se me encomendó una misión. Tuve que transformarme en un ángel para poder ayudar a una persona a salir adelante y mostarle varias cosas de la vida que no lograba ver. Tuve en parte que enseñar lo que era la felicidad. Por lamento no quería dejar mi estado de ángel, y eso costó mucho, pero bueno ya me saqué las alitas, debo admitir que sufrí harto, aún tengo recuerdos que me punzan, pero bueno, yo sabía que era un tiempo limitado. Ahora sólo espero que aquella personita no olvide todo lo que le enseñé y que los próximos retos en su vida sepa sobrevellarlos.
