26 de mayo de 2008

Sentimiento de un Fin

Aconteció una última niebla, una última caminata nocturna junto al frío...un último compás de miradas, sonrisas y besos.
Era el último encuentro, eran sus últimas horas para decir adiós.
Tendidos sus cuerpos desnudos en aquél lecho, en que sus brazos enlazados , sus manos pacientes que acariciaban, sus labios que en dulsura se fusionaban, daban la llegada de su última unión de amor.
Ella no sostuvo lágrimas y como río desbordado lloró su pena, lloró un pasado que no volvería, lloró el adiós.
Él la guardó en su cuerpo y fue bebiedo con sus labios cada cristal húmedo que de los ojos de ella caían...
Y se amaron con locura, se amaron en pasión, se amaron bajo los recuerdos de aquél amor que un día sus vidas marcó.
La vida que los observaba mientras dormían decidió cubrir sus cuerpos de amor y alojó el consuelo en sus almas para adormecer el dolor que pronto deberían enfrentar en su despedida.
Anunciaban los destellos de luz un nuevo día, ya era tiempo. Sus vestiduras y equipajes arreglaron, tomaron sus manos y caminaron al último bus que los vería partir.
Fue un viaje de silencios, tímido de besos, de ilusionadas miradas...
Y el instante se acercaba rápido...
Juntos descendieron, acompañándola a su paradero, ya en posturas indiferentes delante de la gente sonreían. Ella no desaba irse, pero prefirió hacerlo primero para evitar ver alejarse a su gran amor. Tomó aire y lo besó, le susurró: "un gusto haber estado contigo, que estés bien", le dijo adiós y se fue... más bien huyó. No volteó a mirar. El pasado, el gran amor de su juventud dejaba atrás... sola continuó.
Por la noche se le escuchó sollozar.