25 de junio de 2006

Bendito el Hombre.

Y qué si mi inspiración son los hijos de Adán?
Oh! tan dulces en una careta, tan ardientes en otra.
Mi mirada se transforma observándolos.
Qué sería de mi sin sentir el susurro de sus voces en mis oídos?,
Ay! fuente de inspiración...
Por qué hablar del daño que causan?, por qué no hablar de sus maravillas?
de sus encantos que abasallan con nuestras vidas,
de los golpes de adrenalina que nos entregan,
de los sueños y desvelos que nos propician
Por qué ocultar tras las decepciones las dosis de felicidad que nos entregan
en aquella primera cita?
Nos olvidamos de cuánto nos arreglamos,
nos olvidamos de cuántas veces nos vemos al espejo,
nos olvidamos de la primera caricia que nos da en nuestra mejilla.
Por qué en vez de odiarlos por lo que nos hayan hecho
no ahogamos los malos recuerdos
y los revertimos recordando lo radiante
que fue el comienzo?.
Deslumbrada.

Me inspiro en tu cuerpo,
eres un éxtasis a mis sensaciones
dulce y ferviente energía tu en mi.
Ideología misteriosa y secreta tu fragancia en mi cuerpo...
tu voz ahogando mi dolor, mis quejidos,
tu deseo abrigando mi timidez
tu final una estrella en mis hombros,
tu partida silenciosa?
la ilusión de un próximo encuentro.
Buscando Comprenderte.

Anoche soñé contigo, anoche pensé en ti
quise decirte tantas cosas, que quizás
en el tiempo que tenía no alcansaría a todo.
Quiero saber por qué luego de amarme
me odiaste,
quiero saber por qué me dañaste
luego de cuidarme,
quiero saber por qué no toleraste
que yo no te amé.
Dime por qué?
Luego de esta madrugada inquieta
te revelo a ti príncipe soñador oculto
que yo no te odio por el daño
y que mi perdón siempre has tenido,
vuelve si lo deseas,
olvidame si el tormento es mayor.