4 de agosto de 2006

Me he vuelto una máquina
programada a diario para ejecutar
despertar de día, dormir de noche,
pero de sentimientos ni hablar.

Dejé de ser yo para ya no pensar
opté por ser una máquina,
cumplir mis funciones
y no ver mi cruda realidad.

Lo que era cierto me estaba asesinando
alimentándose de mis huesos,
abandoné mis sueños porque me traicionan
y nunca me ayudaron
a nada lograr.

Me dieron el papel equivocado,
pero ya no puedo reclamar
o acato el guión asignado
o las cosas peor estarán.

Lo crítico es ver que ya felicidad
no me queda y pronto las reservas se agotarán
no tengo más repuestos
ni aceite para engrasar.

Quedaré en el olvido arrumbada,
olvidada por los demás,
viviendo en el recuerdo de quien recuerde
y la verdadera yo
atrapada, viva en un desván
muriendo con los años,
años en que sólo sabré de llorar.
Habernos conocido en otra circunstancia,
de alguna manera más real,
una ocasión de habernos podido sentir...
Me hubiera conformado con saber
que ambos vivimos en el mismo lugar.

Dónde estás?, ahora, dónde estás?,
te he buscado sólo hasta dónde
puedo y me permites buscar
y nada sé de ti
y ya no sé lo que es vivir
he aprendido a llorar.

Habernos conocido en otra circunstancia,
en que nuestras vidas tuvieran conexión
dónde sólo tuviera que dar pasos para verte
y evitar perder el tiempo de viajar
reemplazándolo por estar juntos los dos.

Ya quisiera verte, creer que es verdad
poder dormir en tus brazos y yo darte la paz
acompañarnos el uno al otro, descansar
reírnos juntos de los recuerdos
y agradecer el sueño hecho realidad.

Tu ausencia golpea mi soledad,
mas la esperanza me consuela
haciéndome creer que algún día volverás.