21 de agosto de 2008

09 de Julio de 2008

Quiero escribir, pero las fuerzas no me acompañan,
mi respiración sólo tiene un inicio y se pierde en un final.
Me expulsé por el sentimiento y me atreví,
a revelar mi emoción y mi amor indisciplinado delante de ti.
Oí las cuerdas de tu voz,
que por mi vientre revolotearon,
acrecentando la satisfacción de mi osadía.
Mas bastó sólo par de palabras,
para que aquel revuelo,
se transformara en una mortaja,
Que como hielo dejó mi alma,
sin permitir derramar sangre sobre mis ropas...
Caminé, ¿Cómo?, no sé, respiré, ¿De qué forma lo hice?, no lo sé...
sólo consciente estuve de la mortaja,
que conmigo caminó haciéndome sentir su dolor,
congelando mi corazón ante tan aberrante declaración.
Mis últimas palabras vomitadas de mi dolor,
fue haberte dicho cuánto te quiero,
pero en verdad te amo,
quizás hasta cuándo lo haré,
pero así lo siento...