4 de agosto de 2006

Me he vuelto una máquina
programada a diario para ejecutar
despertar de día, dormir de noche,
pero de sentimientos ni hablar.

Dejé de ser yo para ya no pensar
opté por ser una máquina,
cumplir mis funciones
y no ver mi cruda realidad.

Lo que era cierto me estaba asesinando
alimentándose de mis huesos,
abandoné mis sueños porque me traicionan
y nunca me ayudaron
a nada lograr.

Me dieron el papel equivocado,
pero ya no puedo reclamar
o acato el guión asignado
o las cosas peor estarán.

Lo crítico es ver que ya felicidad
no me queda y pronto las reservas se agotarán
no tengo más repuestos
ni aceite para engrasar.

Quedaré en el olvido arrumbada,
olvidada por los demás,
viviendo en el recuerdo de quien recuerde
y la verdadera yo
atrapada, viva en un desván
muriendo con los años,
años en que sólo sabré de llorar.

No hay comentarios.: