Los tormentos me tomaron aquella noche acalambrando mi cuerpo, el llanto brotó, la impotencia de despertar y tomar la noción de lo sucedido me hicieron colapsar, a tierra caí abatida por el dolor de las torturas, la anestecia había acabado. Se descuadro por minutos mi vida, no tuve dirección ni razón, sólo estuve consciente del enorme dolor que saltaba dentro de mi, dolor que mis sentimientos y mi corazón apuñalaban para hacerlo morir... tanta angustia me hizo dormir.
Que la vida perdone tu actuar y sea clemente contigo en el instante que el castigo tengas que vivir. No me duele que haya sido un falso querer, viniendo de ti todo puedo esperar...lo que quebranta las fisuras de mi alma es que me escogiste a mi para tu mal actuar, yo, quien menos merecía esto de ti, yo, quién junto a ti he estado incondicional.
Ha sonado el reloj y ya debo partir, dejándo atrás este lamento. No vuelvo a tu lado jamás, nisiquera el día que en tu cama estés retorciéndote.
Lo siento por mi frialdad, pero no puedo confiar.
Nunca he odiado y tu no serás la excepción, a pesar de lo que significó vivir el pasado en este presente filtré la historia, y el dolor al igual que siempre se trasforma en fuerzas.
Y ya he vuelto a ser yo.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario